Miguel es un frutero jubilado de 87 años que acudió al restaurante de ‘First Dates’ para encontrar el amor. La cita del madrileño era Manoli, una ama de casa de 80 años que viajó desde Peal de Becerro (Jaén) porque no quería seguir sola. La velada de ambos ha sido muy especial. El anciano no ha dudado en dedicarle unas bonitas palabras a su cita: “Parece la Venus de Milo”. El hombre llegó a decir que la mujer había entrado en su corazón “sin llamar al timbre”.

El frutero le preguntó a Manoli si bailaba

Durante la charla, Miguel le preguntó a su cita si bailaba y ella le respondió que lo hacía muy bien.

Entre risas, la mujer contó que en el pasado los hombres la felicitaban cuando bailaban con ella. Manoli comentó que había ido “a todos los bailes de Madrid”.

Ante la actitud de Manoli, Miguel le dijo a Carlos Sobera “chapó” porque había conseguido lo que él estaba buscando desde hace mucho tiempo: Una pareja de baile. La jiennense le comentó a su cita que no creía que tuviera esa edad. Por eso, el frutero le enseñó su carné de identidad.

En tono jocoso, Miguel le dijo a Manoli que nadie pensaba que él tuviera 87 años y que la mayoría creía que tenía 70. Muy divertida, la mujer comentó que el frutero había nacido en el año 1936. “Aparenta menos”, reconoció delante de las cámaras. Entre risas, la jiennense sostuvo que ella tampoco aparentaba la edad que tenía.

Manoli se enteró de que Miguel había dejado de fumar

En medio de la conversación en el restaurante de 'First Dates', Miguel le contó a Manoli que llevaba 15 días sin fumar. En tono humorístico, el hombre le dijo a su cita que si fallecía mañana lo haría “un poco más sano”. Unos segundos después, el anciano confesó que se sentía muy atraído hacia ella: “Me gusta de ella hasta los andares”.

Cabe destacar que ambos son viudos.

La cita de Manoli reconoció que era un hombre apasionado

Miguel le dijo a Manoli que era un hombre muy apasionado. El anciano comentó que tenía muchas ganas de estar con una mujer. Algo a lo que ella respondió que eso pasaba “sin pensarlo, sin quererlo”. La mujer aprovechó la ocasión para contar que la última vez que había estado con alguien fue hace dos años.

La jiennense dijo que a su edad la intimidad era algo más cercano a “un abrazo” y “un beso” porque eso, según ella, eso era lo que necesitaban las personas mayores. Sin embargo, Miguel dijo que también era importante tener “alguna cosita más”. Entre risas, el frutero aclaró que nadie olvidaba lo especial que era estar con alguien.

Posteriormente ambos pasaron al reservado y Miguel le dijo a Manoli que tenía muchas ganas de darle un beso. No obstante, ella le respondió que todavía no era el momento. La charla fue muy especial y cuando comenzó a sonar un bolero, el madrileño y la andaluza bailaron. Incluso el anciano le contó que estaba muy emocionado de estar cerca de ella durante el baile. Finalmente los dos afirmaron que querían tener una segunda cita.